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Cómo cuidar los limpiaparabrisas del coche

24/09/2015

Es probable que si vives en un lugar donde las lluvias no son abundantes repares poco en el cuidado de los limpiaparabrisas de tu coche. O simplemente que, tras el verano, con el regreso de las lluvias frecuentes, te percates de que las escobillas de los limpiaparabrisas se han endurecido y ya no son capaces de limpiar la luna delantera de forma segura. Solo cuando la lluvia es abundante nos damos cuenta de lo peligroso que resulta llevar un limpiaparabrisas en malas condiciones con escobillas deterioradas por el descuido o el paso del tiempo.

Por ello queremos darte una serie de consejos para el cuidado de tus limpiaparabrisas:

Las escobillas son un elemento fundamental en la limpieza de nuestras lunas. Por ello has de ser muy cuidadoso con su limpieza y mantenimiento. Te recomendamos que cada vez que laves el coche repases con un paño suave y húmedo este caucho que está en contacto con el cristal cuando accionamos el mecanismo. Asimismo, para evitar que se resequen y acaben rayando nuestros cristales, es recomendable que hidratemos las escobillas de vez en cuando con un poco de aceite aplicado sobre un paño. Bastará con una pasada por cada goma para favorecer su hidratación, sobre todo ante cambios de temperatura drásticos, así como épocas de calor o frío intenso. Una vez las hayas tratado con aceite, déjalas secar al aire todo el tiempo que puedas antes de volver a apoyarlas en el cristal o usarlas.

Además, es conveniente reemplazar las escobillas de nuestros limpiaparabrisas al menos una vez al año o cuando detectemos que están deteriorados. Por ejemplo, si al activarlos hacen demasiado ruido al barrer el cristal o si el caucho deja marcas, debemos sustituir las escobillas cuanto antes para no dañar la luna y poder garantizar una buena visibilidad en los días de lluvia.

Entre otros consejos de mantenimiento te recomendamos que evites poner en funcionamiento el limpiaparabrisas cuando el cristal está seco, que lo levantes cuando vaya a nevar y vayas a dejar el coche aparcado en la calle o que coloques cartones entre el cristal y el caucho en las noches de helada. Igualmente, siempre que tengas que poner en funcionamiento el limpiaparabrisas, cerciórate de que no haya papeles, ramas y hojas secas que puedan dañar el coche.

Mantén siempre el líquido limpiacristales en un nivel óptimo y rellénalo con productos profesionales y evita usar agua con mucha cal para que no se obstruyan los eyectores. Debes saber que muchos modelos de coche estos eyectores se pueden regular para garantizar una correcta limpieza de las lunas. Ahorrarás dinero si rellenas tú mismo el limpiacristales en lugar de esperar a que te lo hagan en la revisión del coche.

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