La porcelana es un material delicado que tradicionalmente se ha empleado en vajillas y adornos, así como en el mobiliario del baño. Por su delicadeza, conviene no someterla a cambios bruscos de temperatura durante la limpieza, ni frotar los filamentos de decoración, ya que es fácil que se deterioren. Aprende aquí como limpiar porcelana de forma sencilla y eficaz.
Limpiar la vajilla o el juego de café
Para la limpieza habitual de las piezas de porcelana que usamos para comer y beber, debemos usar jabón lavavajillas suave, una esponja y agua tibia, para finalizar aclarando con agua fría. Si vamos a guardar los platos y las tazas en una armario o vitrina conviene secarlas con un trapo y no dejar que se sequen al aire para evitar que queden marcas de agua en la vajilla.
Si las tazas presentan manchas de café, emplea una mezcla de bórax y jugo de limón para eliminarlas. Deja que la mezcla actúe durante cinco minutos sobre la superficie y después frota con una esponja o un estropajo suave.
Limpiar baños de porcelana
Los lavabos, inodoros y bañeras de algunas casas están hechos de porcelana que debe cuidarse con el mismo mimo que nuestros adornos o vajillas. Para conseguir un resultado óptimo en estas superficies conviene usar productos antical o una solución casera de bicarbonato de sodio con agua oxigenada. Frota suavemente la porcelana de los baños con una esponja impregnada en esta mezcla, incluyendo la grifería y después aclara con agua tibia para eliminar los restos. Por último, puedes usar un paño de microfibra para secar la superficie y sacar brillo. La misma solución te servirán para los azulejos de porcelana.
Si encuentras manchas de óxido en la bañera, en el inodoro o incluso en el lavabo del baño elimínalas cubriéndolas con una mezcla de zumo de limón y bicarbonato. Déjalas actuar al menos 15 minutos y luego frota la zona con un cepillo hasta que compruebes que la mancha se ha diluido. Si es necesario, repite la operación.
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Para el inodoro, lo mejor es usar lejía para conseguir la máxima desinfección y brillo y productos antical si hubiera rastros de agua.
Manchas persistentes y de cal
Para eliminar manchas persistentes, coloca la porcelana en un recipiente con agua tibia y dos cucharadas de bicarbonato, un chorro de vinagre, un chorro de agua oxigenada y un poco de jugo de limón y deja que actúe todo durante 10 minutos. Después, frota sobre las manchas con una esponja mojada en el agua con la mezcla para eliminarlas definitivamente.
A la hora de limpiar porcelana, también puedes combatir las manchas más persistentes con una mezcla de vinagre y sal. Deja reposar los platos, tazas y objetos de decoración de porcelana en esta mezcla durante una hora y después lava pieza por pieza normalmente.
En caso de que los platos hayan acumulado restos de cal, deberás eliminarlos poniendo a remojo las piezas en agua con algún producto antical diluido. En caso de que no dispongas de ninguno, puedes usar vinagre para eliminar la cal. Después, friega normalmente la vajilla con agua y jabón lavavajillas.
Blanquear y sacar brillo a la porcelana
Es posible que en algún armario o vitrina de tu casa guardes alguna vajilla o juego de café de porcelana que ya ha perdido su brillo original. Si durante una limpieza general quieres conseguir que vuelvan a relucir como el primer día, haz lo siguiente: deja durante unos 20 minutos a remojo todas las piezas de porcelana en un barreño con agua tibia y un chorro de lejía. Su la vajilla presenta manchas amarillentas, déjalo reposar hasta que compruebes que estas se atenúan. Después, saca las piezas una a una y frótalas suavemente con una esponja para, seguidamente, aclararlas con agua fría bajo el grifo. Por último, solo te quedará secarlas con un trapo limpio.
Esta opción es conveniente para las piezas de porcelana blanca, sin dibujo. Para las que están decoradas, mejor usar detergente suave.
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