El mármol es uno de los materiales más valorados en suelos y superficies, tanto por su durabilidad, como por su belleza natural. Además de aportar una elegancia atemporal a nuestras casas, permite refrescar las estancias en hogares que soportan climas calurosos, a diferencia del suelo de parqué, que proporciona una sensación más cálida, ideal para lugares fríos.
Pero podemos hacer que el mármol pierda su belleza natural si no sabemos cómo cuidar este tipo de suelos. Porque, para empezar, el mármol es un material muy poroso capaz de absorber por completo los líquidos que caigan sobre él. Esto puede dar lugar a manchas oscuras permanentes que deterioren el aspecto de nuestro suelo. Para protegerlo de este tipo de manchas, se suele dar una capa de cera no demasiado gruesa que se pule con maquinaria especializada y que además proporciona un brillo único al suelo.
Además de este cuidado específico para estos suelos, conviene seguir una serie de rutinas de limpieza para conservar los suelos de mármol:
-En general, es necesario pasar con frecuencia el aspirador para quitar el polvo.
–Seca siempre después de fregar. No dejes que el suelo de mármol absorba humedad y pasa una mopa para secar y abrillantar la superficie.
-Evita los productos abrasivos o ácidos, que se comerán el brillo tan característico de esta superficie.
-Usa agua con jabón neutro corriente para fregar y, muy de vez en cuando, mézclala con vinagre o limón para aclarar y quitar manchas. Pero no conviene abusar de estos productos.
-Para quitar manchas difíciles oscuras (café, vino) prueba a elaborar una mezcla de dos cucharadas de bórax en un vaso de agua y frota la zona.
-Las manchas superficiales (recientes) se pueden eliminar con una esponja, pero las que han penetrado requerirán el uso de un cepillo corriente o uno de alambre.
–Si el suelo de mármol ha amarilleado con el paso del tiempo, vierte un chorrito de cloro o lejía en el cubo de la fregona, pásala por toda la superficie y aclara tras un par de minutos para evitar que se dañe.
-Un truco efectivo es verter un chorrito de agua oxigenada sobre las manchas que han penetrado y dejar que actúe unos 20 minutos, para después aclarar la zona con una esponja y agua.
-Las juntas de las losetas se pueden limpiar con un cepillo de dientes impregnado en agua y jabón neutro o agua oxigenada, si la mancha es oscura.
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