Durante los meses de frío, las alfombras se convierten en un accesorio muy común en los hogares ya que proporciona calidez a nuestros suelos y estancias. El único inconveniente que presentan es su limpieza y mantenimiento, ya que aveces tan solo con la aspiradora no se retira la suciedad por completo. Además, es muy posible que con el paso del tiempo, sobre las alfombras caigan líquidos, restos de comida y otros elementos que puedan ensuciarlas permanentemente.
La solución profesional de limpieza en tintorerías y centros especializados es siempre la más fiable, pero su coste suele ser elevado y no todo el mundo puede o está dispuesto a afrontarlo. Si decidimos entonces tratar nosotros mismos nuestras alfombras en casa debemos saber que se pueden aplicar diferentes técnicas de limpieza en función del tipo de suciedad que haya acumulado la alfombra.
En primer lugar, cuando nos encontremos con manchas sólidas resecas, deberemos rasparlas con una cuchara para eliminar la mayor cantidad de restos posible. Después, frotaremos la mancha con una esponja humedecida en agua con amoniaco. Aclararemos y repetiremos la operación varias veces para asegurarnos de que retiramos la mancha y la zona no queda de otro color.
Champú en espuma para las alfombras
Esta solución es útil para lavar alfombras sintéticas que han acumulado gran cantidad de manchas. Mezcla en un recipiente tres cucharadas de jabón lavavajillas (el más suave y neutro posible), con una cucharada rasa de vinagre blanco, un chorrito de amoniaco y una taza de agua. Vierte la solución en un envase con dosificador que haga espuma. Para limpiar la alfombra deberás cubrirla por completo con la espuma, frotar suavemente con un cepillo y retirarla finalmente con una bayeta humedecida en agua, que deberás ir aclarando cada poco tiempo.
Limpiar la alfombra con sal y amoniaco
Este remedio es efectivo para las alfombras sintéticas de pelo corto en las que la suciedad se acumula entre las fibras y es difícil de eliminar:
1. Espolvorea sal fina sobre toda la alfombra y con un guante masajea toda la superficie para que vaya “absorbiendo” la suciedad y penetrando entre las fibras.
2. Con un cepillo, peina la superficie de la alfombra para ir retirando la sal y, con ella, toda la suciedad acumulada. Intenta eliminar la mayor cantidad posible y, como último paso, repasa la superficie con el aspirador para que no queden restos.
3. Moja el cepillo en agua con amoniaco y vuelve a cepillar toda la alfombra.
4. Por último, repasa la alfombra con una bayeta humedecida en agua caliente con vinagre. Aclara y escurre de vez en cuando la bayeta y comprobarás cómo va atrayendo la suciedad.
5. Ventila la habitación para que la alfombra se desprenda de la humedad restante.
Limpiar la alfombra con bórax y maicena
Puedes emplear esta técnica para devolver el tono original a las alfombras que se han ido deteriorando con el paso del tiempo y la acumulación de manchas. Además, con estos ingredientes conseguirás neutralizar malos olores y retirar restos de suciedad atrapados dentro del pelo:
1. Pasa el aspirador con el cepillo especial para alfombras para eliminar polvo, pelos y demás suciedad atrapada en la superficie.
2. Mezcla una taza de bórax y don tazas de harina de maíz y espolvorea la mezcla sobre la alfombra. Extiéndelo para que quede uniforme y déjalo reposar una hora.
3. Pasa el aspirador por la alfombra para eliminar el polvillo blanco y, si han quedado manchas persistentes, aplica un producto específico para tratar de atenuarlas.
4. Deja la alfombra secando y ventilando durante unas horas y vuelve a pasar el aspirador por última vez para garantizar que no quedan restos.
También te puede interesar: