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Consejos para limpiar el sofá

17/01/2018

Los sofás y sillones son parte del mobiliario del hogar que más uso damos y como consecuencia, más probabilidades de deterioro y manchas suelen tener. Mantener limpio y en buen estado un sofá tapizado o de tela puede ser una ardua tarea si pasas semanas sin prestarle atención y solo te centras en limpiar el suelo y los muebles, algo bastante frecuente. Pero si sigues estos consejos te será más sencillo que esta pieza fundamental del hogar presente un buen aspecto y dure en perfecto estado muchos años.

1. Elige sofás desenfundables: además de la funcionalidad y la estética, a la hora de comprar tu sofá tómate interés en que las fundas sean extraíbles porque de esta manera su limpieza será mucho más sencilla. Ten en cuenta que el tejido sea apto para la lavadora y solo tendrás que elegir los productos adecuados para que tu sofá luzca impecable. Si no es posible, ten en cuenta que hoy en día hay sofás con tejidos sintéticos que imitan otros naturales y que se limpian con facilidad con un simple trapo humedecido en agua.

2. Utiliza fundas con asiduidad: si tu sofá no es desenfundable, recomendamos utilizar fundas y cobertores que lo protejan. Una buena limpieza y mantenimiento comienza por la prevención. Sobre todo en los hogares donde hay niños y mascotas o para momentos puntuales como fiestas. También puedes optar por colocarlas solo durante los fines de semana, cuando el sofá tiene más uso. En verano estas fundas también protegen del sudor corporal y proporcionan una sensación más refrescante al tacto que la del tejido del propio sofá, cuyo tapizado suele ser grueso y contundente. En el mercado hay mucha variedad, colores y diseños bonitos para que esto no reste encanto a tu salón. Si no, siempre puedes optar por una funda del mismo color que tu sofá para que pase desapercibida.

3. Pasa la aspiradora cada semana: una vez a la semana idealmente, o cada quince días al menos, tómate tu tiempo en pasar la aspiradora por todos los rincones del sofá, para eliminar la capa de polvo que se suele instalar, así como los restos de comida, miguitas de pan, pelos, etc.

4. Consulta la ficha técnica del tejido: antes de pasar a una limpieza más profunda, consulta el etiquetado del sofá y asegúrate qué tipo de productos puedes utilizar en su limpieza. Suele suceder que el interés por eliminar una mancha termina en un estropicio aún mayor por utilizar productos excesivamente agresivos o tratamientos que el tejido no tolera.

5. Actúa con rapidez al producirse la mancha: con los sofás pasa igual que con la ropa, cuanto antes se actúe sobre la mancha, más fácil será eliminarla. Utiliza con rapidez un trozo de papel de cocina para que absorba todo el líquido y sustancias que se hayan derramado. A continuación aplica un spray de limpieza en seco y déjalo actuar durante unos minutos, hasta que se convierta en polvo y puedas eliminar con un enérgico cepillado.

6. Limpiador casero: si la mancha es persistente o tiene grasa, utiliza una mezcla de bicarbonato, limón y agua para combatirla. Por ejemplo, un vaso y medio de agua, un chorrito de zumo de limón y una cucharadita de bicarbonato. Empapa bien un trapo y aplícalo sobre la mancha dejando reposar unos diez minutos. A continuación, frota suavemente sobre la mancha y deja que se seque. Ten cuidado porque hay tejidos delicados que pueden alterarse con la fricción excesiva.

7. La vaporeta, una gran ayuda: si tienes en casa una vaporeta guardada en su caja y no sabes cómo sacarle partido, los sofás y tapizados de tu casa son la salida perfecta para esta herramienta, que los dejará limpios y libres de ácaros. Eso sí, recuerda que si tu sofá tiene una mancha importante, necesitará un tratamiento previo como el que hemos apuntado en el punto anterior, por ejemplo.

8. Sofás de cuero: es un tejido especial y delicado que no tolera cualquier tipo de limpieza, ni cualquier producto. Lo ideal para el mantenimiento diario y semanal es repasar la superficie con un paño humedecido en agua. En caso de que presente manchas o una capa de suciedad acumulada, tendrás que usar una solución de agua y jabón neutro y aplicarla con una bayeta muy escurrida, para después aclarar. También conviene que tengas siempre a mano algún yo, que identificarás fácilmente, ya que suelen tener una textura cremosa.

Y recuerda que la mejor limpieza comienza por la prevención, en este caso en forma de fundas o cobertores, que puedes meter en la lavadora tranquilamente y cambiar cuando te apetezca. Serán tu mejor baza para que tus sofás y sillones duren mucho tiempo impecables.

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