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Cómo cuidar una orquídea

20/11/2017
Cómo cuidar una orquídea

La orquídea es una apreciada planta tropical de aspecto delicado, que solemos asociar con cuidaos exigentes  en el ámbito doméstico. En realidad las orquídeas son una inmensa familia de especies con hasta 30.000 variedades puras, la mayoría de ellas, procedentes de climas tropicales, si bien es cierto que existen hasta 60.000 variedades híbridas. Podemos encontrar orquídeas terrestres (con las raíces en la tierra), epifitas (en las ramas de árboles y plantas) y litófitas (en las rocas).

La especie más popular en el cuidado doméstico es la orquídea mariposa o «phalaenopsis»  ya que se adapta muy bien a las condiciones artificiales, por lo que se ha convertido en la variedad más comercializada. Es un tipo de orquídea con una floración prolongada que se adapta muy bien a la temperatura más o menos uniforme del hogar, a diferencia de los cambios en su hábitat de origen.

Pero más allá de su aspecto exuberante y su procendencia original, en realidad la orquídea es una planta de fácil mantenimiento doméstico que ofrece gran resistencia, lo que la convierte en un ornamento natural ideal para nuestro hogar. Eso sí, debemos conocer cuáles son los cuidados mínimos que requiere una orquídea. Aquí te los contamos:

– Lo primero que has de tener en cuenta si te han regalado o te has comprado una orquídea, es dónde la puedes colocar. El sitio más idóneo es siempre aquel que presente un mayor nivel de humedad respecto al resto de la casa, así como una buena cantidad de luz. Pero cuidado, porque nunca debe recibir el impacto directo de los rayos del sol. Por tanto, ubicar la orquídea junto a una ventana en la que sepamos que nunca da el sol directamente sería una buena idea. Si el sol da en algún momento del día, podemos controlar su incidencia en la planta con cortinas también. Has de saber que la luz es fundamental en la floración de la orquídea.

Para mantener las condiciones de humedad que necesita esta planta puedes plantearte conservar la orquídea en un baño con buenas condiciones de iluminación y ventilación (para dar opción a que la planta se seque también). Si prefieres colocarla en otra estancia, puedes recurrir a vaporizar la planta manualmente con un pulverizador. Sobre todo en los meses de calor, deberás hacerlo varias veces al día para mantener la orquídea en buenas condiciones.

Cabe la posibilidad de que coloques tu orquídea en el exterior, en una terraza o balcón, pero debes cerciorarte que el sol no impacta directamente, ni la temperatura no es demasiado alta ni demasiado baja.

– A la hora de alimentar a la planta, tienes que saber que la orquídea solo necesita que mantengamos húmedas las raíces y evitemos que el sustrato quede encharcado. De hecho, lo ideal es dejar que la tierra de la maceta se seque parcialmente entre riegos. Lo mejor es colocar la orquídea sobre un plato con bolitas de arcilla y algo de agua, de forma que la base de la maceta quede aislada de esta. La humedad llegará así a través de las bolitas para preservar las raíces.

En cuanto a la frecuencia de riego, dependerá de la estación del año, pero normalmente con regar una vez por semana o cada diez días es suficiente. Lo idóneo es que, si tenemos la posibilidad de observar la raíces de la planta, nos aseguremos de que no están blanquecinas, lo que indicaría que necesitan más agua. Riega tu orquídea sumergiendo parcialmente la maceta en un recipiente con agua, controlando que esta no rebose la parte de arriba, la del sustrato. Mantén la planta sumergida durante unos minutos y después escurre bien y colócala sobre el plato con bolitas de arcilla.

El agua blanda es la ideal para el mantenimiento de la orquídea ya que es baja en minerales y es lo más parecida posible a la que riega sus hábitat naturales.

– A la hora de podar la orquídea, hay dos opciones: por un lado se recomienda cortar las varas solo si se han secado, ya que si únicamente han perdido las flores, pero la rama sigue verde, las flores pueden volver a brotar. Por otro, puedes cortar las varas que ya hayan perdido sus flores justo por encima del primer nudo del tallo, para favorecer el crecimiento de nuevas vara florales.

– En cuanto a trasplantar la orquídea, basta con hacerlo cada dos años, usando una cantidad moderada de algún compuesto especial para esta planta.

– Comprueba lo que las hojas de la orquídea te están diciendo sobre la planta: cuanto más brillantes, más sana estará la orquídea. Por el contrario, las hojas oscuras alertan sobre una carencia de iluminación. Si en cambio presentan manchas negras, tu planta podría haber estado expuesta a los rayos del sol, que habrían dañado las hojas.

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