El mango es una fruta peculiar en todas sus dimensiones. Es de origen tropical, tiene un sabor muy diferente al del resto de frutas que sorprende a quienes lo prueban por primera vez y una estructura de lo más inesperada. Y es que, al contrario de lo que se pueda pensar por su apariencia, el mango contiene en su interior un hueso de forma peculiar: largo, ancho y plano.
A la hora de comprarlos, debemos tener en cuenta que cuanto más redondeados y menos ovalados sean, más carne podremos aprovechar. También observaremos que el mango nunca es completamente redondo, ya que tiene una forma un tanto aplastada y es precisamente esa línea que sobresale alrededor la que nos va a marcar la forma del hueso que tendremos que evitar con el cuchillo.
Sabido esto, haz lo siguiente: sin pelar el mango corta con un cuchillo a derecha e izquierda del hueso, guiándote por el tacto para apurar al máximo la carne de esta fruta. Te quedarán dos rodajas con piel y el hueso grande y plano en el centro con algo de carne alrededor. Llegados a este punto, puedes presentar el mango de varias formas diferentes:
- En dados, sobre la piel. Coge cada mitad resultante del corte y dibuja con la punta del cuchillo líneas, primero verticales y luego horizontales, para obtener cubitos. Una vez hecho, puedes empujar la piel hacia dentro para que los dados queden ya presentados para su consumición (como en la imagen). Bastará con un tenedor o una cuchara para extraerlos sin esfuerzo.
- En dados, en un recipiente. Realiza la operación anterior y, cuando tengas los dados dibujados, ve cortándolos con cuidado y depositándolos en el plato o bol en el que los vayas a presentar. Puedes acompañarlos de otras frutas, de sirope, nata o helado.
- En finas rodajas. Cuando tengas las dos mitades resultantes del corte paralelo al hueso del mango, pelarlas (si es con un pelador, mejor) y cortarlas de nuevo en finas rodajas que puedes presentar de distintas formas sobre el plato.
- Dos mitades. El mango cortado puede consumirse directamente sin pelar, con una cuchara, extrayendo la carne de cada mitad.
- Pelado con un vaso: una vez tengamos las dos mitades, podemos pelarlas con un sencillo gesto usando el canto de un vaso. Solo hay que presionar la piel y deslizarlo para que la carne del mango caiga limpia y de una pieza en el interior.
En este vídeo puedes ver dos de los ejemplos que te comentamos sobre cómo cortar y pelar un mango:
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