Hace mucho tiempo que los «tupper» (tradicionalmente conocidos como: fiambreras, tarteras o tarrinas ) han salido del frigorífico y su uso se ha extendido más allá de la utilización en las casas. Las fiambreras resultan muy prácticas para transportar alimentos fuera de casa. Su dureza y resistencia las convierte en opciones ideales para poder calentar la comida en el microondas cuando no estamos en casa. Pero su porosidad es una desventaja, ya que las hace más susceptible de captar los olores y sabores de los distintos alimentos.
Para evitar que tu «tupper» acumule, olores, sabores, e incluso, colores sigue estos sencillos consejos:
– Lava el «tupper» inmediatamente después de uso. El primero de los pasos para que el recipiente no acumule olores es limpiarlo con agua y jabón en cuanto se termine de utilizar, pero si esto no es posible, al menos, trata de enjuagarlo con agua.
– No utilices un estropajo que pueda rallar o erosionar la superficie del recipiente. La limpieza debes realizarla con una esponja suave o, si es necesario, déjalo en remojo para eliminar la suciedad más incrustada.
– Llena la fiambrera con vinagre y deja que actúe durante unos minutos para eliminar los malos olores. Después vuelve a lavarla con jabón y agua caliente. Si vas a lavarla en el lavavajillas colócala en la bandeja superior para que el calor no deforme las piezas.
– Almacena el «tupper» con un poco de sal, para que absorba los olores y, así, estará listo para su próximo uso. También puedes probar a ponerlos al sol para eliminar los olores, si los has tenido mucho tiempo sin usar. El bicarbonato de sodio también te ayudará en la limpieza de las tarteras. Sumérgelas en agua tibia con un vaso de bicarbonato. Déjalas una media hora a remojo y después lava los recipientes con esa misma agua.
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– No guardes las fiambreras cerradas, esto solo ocasionará malos olores. Deja siempre las tapaderas por un lado y el recipiente por otro. Al cerrarlas de forma hermética tan solo conseguirás que no se vaya el mal olor.
– Las tarteras de cristal son una de las opciones más limpias, aunque son más frágiles y pesadas. Pero mucho más agradables a la hora de disfrutar de la comida, sobre todo si no dispones de vajilla en el lugar en el que vayas a realizar la comida.
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