La vitrocerámica es un electrodoméstico que nos facilita la vida en la cocina, tanto a la hora de guisar, como a la limpiar. Con ella ganamos en comodidad respecto a los antiguos fogones, cuyos recovecos complicaban la tarea de la limpieza y a menudo acumulaban grasa y suciedad.
Sin embargo, la placa vitrocerámica es un instrumento muy delicado que puede deteriorarse con rapidez si no sabemos cómo limpiarlo y cuidarlo adecuadamente. Por eso, te ofrecemos los mejores consejos para mantener tu placa como nueva por mucho tiempo.
- Antes de limpiar, tienes que esperar a que la vitrocerámica se enfríe por completo. Las placas suelen tener encendido un indicador cuando aún están calientes.
- Elimina el aceite y los restos quemados pasando un papel de cocina por toda la superficie.
- Aplica un producto limpiador específico sobre la placa, extendiéndolo con movimientos circulares por toda la superficie con ayuda de papel de cocina, una bayeta o una esponja. Si no dispones de un limpiador específico para este tipo de superficies, puedes elaborar uno casero con vinagre blanco y bicarbonato, de forma que quede una pasta granulosa.
- Dedica unos minutos a frotar con vigor todos los rincones de la vitrocerámica para asegurarte de que los gránulos del producto eliminan la mayor cantidad de suciedad posible. Déjalo actuar durante cinco minutos.
- Retira el producto seco con una bayeta limpia humedecida. Da una primera pasada, aclara los restos de suciedad que saldrán, escurre y efectúa una segunda pasada por toda la superficie.
- Si todavía quedan restos de suciedad incrustados en torno a los círculos de calor, utiliza con suavidad una rasqueta para eliminarlos y repasa después la zona con la bayeta húmeda. Si hay comida o restos carbonizados que cuesta eliminar, frota un cubito de hielo por la zona durante unos segundos y entonces vuelve a intentarlo con la rasqueta.
- Cuando hayas retirado por completo los restos, usa limpiacristales para darle el toque de brillo final con un trapo especial para cristales y espejos. También puedes frotar medio limón por toda a superficie y después aclarar con una bayeta húmeda, para repasar con papel de cocina al final.
Asimismo, te aconsejamos que tomes las siguientes precauciones para mantener tu vitrocerámica como nueva:
- Dale un repaso a diario. No dejes que la grasa se acumule durante días, puesto que se quemará sobre la superficie y dejará residuos difíciles de eliminar, tanto en la vitrocerámica, como en ollas y sartenes.
- Si cae comida, retírala en cuanto puedas, para evitar que se queme con el calor del fuego eléctrico.
- No uses estropajos en la placa porque podrías rayarla pasa siempre. En caso de necesitarlo, elige uno azul, de los que se usan para limpiar superficies antiadherentes.
- Si cae a la fuente de calor algún material que se derrita como plástico, azúcar o papel aluminio, apaga el fuego e intenta eliminarlo en caliente con la rasqueta. Si dejas que se enfríe te costará mucho más.
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