Cada vez más, los expertos advierten sobre los productos o regímenes «milagrosos» que prometen una pérdida de peso superior a dos kilos por semana, de cara a la «operación bikini» por la que muchas personas se ven tentadas a estas alturas del año. Y es que no son pocos los que deciden optar por métodos poco ortodoxos en una «operación bikini» a contrarreloj de cara a las vacaciones de verano.
Ya no es sólo cosa de mujeres, porque ellos también se han vuelto susceptibles a todo lo relacionado con el autocuidado de la salud y herramientas de estética con el fin de estar en forma o tener un aspecto más joven. La recomendación general es tener objetivos realistas, mantener una alimentación saludable, eliminando los alimentos poco recomendables e incorporar progresivamente el ejercicio a nuestra vida diaria.
Aquí tienes siete razones para evitar estas dietas exprés y pasarte a un modo de vida saludable que puedas mantener todo el año:
1- Autoimponerse una dieta que ha seguido una amiga o una famosa sin acudir a un nutricionista o endocrino pone en grave riesgo nuestra salud. Son los especialistas los que deben personalizar nuestra dieta en función de posibles patologías, intolerancias o alteraciones hormonales y realizando siempre un seguimiento de la pérdida de peso que ha de ser progresiva y saludable. Recuerda que cada persona tiene un metabolismo diferente, y lo que a unos les ha servido, a otros puede causar problemas diversos o un efecto distinto al deseado.
2- Alimentarse únicamente con zumos de frutas y verduras provoca desnutrición. Las dietas donde se retiran uno o varios grupos de alimentos provocan una gran pérdida de masa muscular y una ralentización del metabolismo. Estas dietas tienen un efecto rebote asegurado.
3- Someterse a un ayuno prolongado sustituyendo la ingesta equilibrada de alimentos sólidos por «productos adelgazantes» lleva a perder masa muscular. Una ingesta de nutrientes esenciales inferior a la recomendada se asocia con problemas en la piel, circulatorios, digestivos, de salud mental y pérdida de memoria. El peso que se pierde inicialmente es fundamentalmente de masa muscular, y no de grasa, y tiene asegurado efecto rebote. En conclusión, cualquier planteamiento que consista en sustituir la comida tradicional por alimentos o brebajes milagrosos para perder peso rápidamente resulta sumamente insalubre. Porque en la pérdida de peso no hay milagros, sino constancia e indicaciones profesionales.
4- Machacarse con ejercicio físico para el que no se está preparado es peligroso. Asombra ver a personas acostumbradas a llevar una vida sedentaria que de pronto pretenden salir a correr o hacer bicicleta de montaña. Es una expectativa irreal y potencialmente peligrosa en cuanto a traumas, según los expertos. Por ejemplo, levantar pesas más tiempo de lo recomendado, sin acompañar con una dieta adecuada, provocan un deterioro del tejido muscular. Lo ideal es comenzar progresivamente y consultar a un graduado en ciencias de la actividad física y del deporte.
5- Convertirse en un adepto del «Cuerpo Hollywood» nos llevará a marcarnos objetivos poco realistas. Hay personas que nunca están conformes con su condición física y harán lo imposible para verse aún mejor, marcando costillas, «tableta» y un cuerpo casi atlético. Pastillas adelgazantes, abuso de batidos protéicos para aumentar la masa muscular en poco tiempo o el uso inadecuado de diuréticos, son frecuentes en muchos fanáticos del gimnasio. Lo más importante es marcarse objetivos realistas. No debemos dejarnos llevar por fotos que circulan en Instagram (muchas de ellas, alteradas). Lo mejor es buscar un aspecto natural, esbelto y sano y no perder la cabeza por físicos que son inalcanzables para alguien que no dedica su vida a cultivar el cuerpo. Esto nos ahorrará muchas frustraciones.
6- Adelgazar mientras se duerme no es posible. Esta afirmación parte del hecho de que durante la noche los niveles de azúcar en sangre se estabilizan y el uso de grasa como fuente de energía para mantener el metabolismo basal se activa. Pero creer que las cremas anticelulíticas que «funcionan de noche» harán todo el trabajo, sin necesidad de esfuerzo por nuestra parte, es un autoengaño. El éxito de mantener un peso saludable está en combinar alimentación saludable, ejercicio físico y descanso activo.
7- No es saludable forzarse a adelgazar antes del verano para inmediatamente eliminar por completo los hábitos saludables. Durante el verano es fácil aumentar de 2 a 4 kilos si se descuida la alimentación ya que tenemos más tendencia al sedentarismo y una vida social más activa. Ese cambio radical de peso, si ya se tiene obesidad, por ejemplo, puede producir un aumento del riesgo cardiovascular que, junto a las subidas de la temperatura y al consumo más frecuente de bebidas alcohólicas, podría provocar más de un susto.
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