Sabemos que los frutos secos aportan una gran cantidad de energía, por lo que están indicados, por ejemplo, para reponer fuerzas tras el ejercicio físico. Además, sabemos que están dotados de una alto valor nutricional, que incluye vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes, proteínas y grasas saludables.
La mayoría de los frutos secos son ricos en grasas buenas (monoinsaturadas y poliinsaturadas) y apenas contienen grasas saturadas (colesterol), lo que indica que su consumo nos puede ayudar a luchar contra el colesterol. Eso sí, esto se mantiene siempre que estemos hablando de frutos secos crudos o al menos tostados, ya que cuando están fritos y salados, el aporte de grasas saturadas se eleva considerablemente.
Pero, ya que los frutos secos constituyen un gran aporte calórico, nos interesa saber cuáles son los que más y menos calorías aportan, para moderar más o menos las cantidades que consumimos:
– Frutos secos con más calorías: nueces de macadamia (las que más), pacanas, piñones, nueces y avellanas. La mayor parte de su aporte calórico se debe a las grasas saludables, beneficiosas para el corazón y la lucha contra el colesterol, entre otras cosas.
– Frutos secos con menos calorías: castañas (las que menos), bellotas, anacardos, pistachos y almendras.
La cantidad recomendada de consumo de frutos secos está entre los 100 y 200 gramos a la semana (sin cáscara).
Ideas para introducir los frutos secos en tu dieta
Para evitar tener que consumir los frutos secos en sus versiones fritas y saladas, mayoritarias en los supermercados, tenemos diferentes opciones para incluir los frutos secos crudos (o tostados) en nuestra dieta:
– Como aderezo para ensaladas: incluye en tus vinagretas pistachos, piñones o nueces molidas.
– En el yogur: añade un puñado de nueces en el yogur,
– Añade piñones a las salsas que acompañan tus pastas.
– Empanados: emplea almendra molida para empanar con o sin pan rallado.
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