La preocupación de cualquier padre es poder ver crecer a sus hijos saludables y felices. Una tarea a priori complicada teniendo en cuenta la complejidad del mundo en el que vivimos y los cambios sociales que la tecnología ha ido implantando. ¿Podemos guiar su comportamiento sin castigarlos o influir negativamente en ellos? La respuesta es sí, aunque requiere grandes dosis de voluntad, esfuerzo y compromiso. ¡Nadie dijo que ser padres fuera fácil!
La clave está en lo que los expertos denominan la «crianza de apego», que no busca otra cosa que generar una conexión, un «vínculo seguro» entre el niño y sus padres a base de satisfacer sus necesidades y darle su sitio en la familia. No es otra cosa que hacerle sentir querido y cuidado para reforzar su personalidad de cara a su desarrollo emocional a lo largo de la vida. Y es que, según los expertos, los niños que cuentan con un «vínculo seguro» tienden a aprender más rápido, ser más cooperativos y desarrollar mejor sus habilidades sociales. En definitiva, desarrollar su potencial.
¿Cómo generar esa conexión con nuestros hijos para que sean niños saludables y felices? Toma nota de estos seis consejos:
1. Pasad tiempo juntos: tan sencillo como difícil de cumplir en algunos casos. Y es que los niños reclaman más tiempo para disfrutar de sus padres, con toda su atención. Invierte en tiempo con tus hijos a diario y maravíllate de sus gestos, sus reacciones y sur progresos. Te darás cuenta de que esos momentos nunca volverán y te arrepentirás si no les prestas la suficiente atención.
2. Mantén el contacto físico: el contacto con nuestros pequeños es algo que debería ser natural y obvio. Pero a menudo nos hacen creer que los niños deben permanecer solos en sus cunas, en sus carros, es sus parques, en sus tronas, etc. Para un niño, el mejor lugar está en los brazos de sus padres y solo el contacto físico con estos le reconforta cuando se encuentran mal. No olvides los besos, abrazos y caricias siempre que tengas oportunidad, ya sea cambiando el pañal, en la hora del baño o compartiendo unos minutos antes de dormir. Solo así se consigue criar a niños saludables y felices.
3. Escúchales con atención: si tu hijo quiere contarte algo, deja el móvil, la televisión y cualquier elemento de distracción y préstale toda tu atención. Ponte a su nivel, establece contacto visual y sonríe mientras le escuchas. Se sentirá querido y atendido. También puedes fomentar tú la comunicación animándole a que comparta su momento más feliz del día, así como el más triste.
4. Juega con ellos: además de llevar a los niños a lugares donde puedan jugar, como parques o centros de ocio, no debemos olvidar participar en esos juegos con ellos. Está demostrado que para un niño, jugar con sus padres es una de las mejores experiencias que puede compartir. ¡Cualquier juego sirve para que los niños crezcan saludables y felices!
5. Ponte en su lugar: ¿Qué siente tu hijo? ¿Qué es lo que ve cuando te mira? ¿Por qué cosas siente curiosidad? ¿Qué es lo que más le gusta hacer? Si no tienes las respuestas a estas preguntas, considéralas como una invitación a explorar ese terreno.
6. Educa, no castigues: mimar a un niño en exceso no es útil, pero tampoco ser demasiado severo o punitivo. La disciplina implica la tarea de enseñar para los padres. Establece límites razonables y mantenlos con amabilidad, respeto y firmeza. Los gritos y los castigos no consiguen educar.
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