Además de su agradable aroma y su aspecto vistoso, la lavanda es una planta muy apreciada por sus propiedades medicinales. Perteneciente a la familia de las lamiáceas, con más de 60 especies, su característico aroma la hace ser muy apreciada a la hora de obtener esencias y condimentos, especialmente la variedad conocida como espliego. De hecho, es una planta imprescindible para la industria de la cosmética y la perfumería. Tradicionalmente, la lavanda se ha empleado como infusión para perfumar el baño, de ahí su nombre popular.
A la hora de aprovechar sus propiedades medicinales, lo que se aprovecha de la lavanda son sus llamativas flores color violeta. Bien con la planta fresca, seca o bien con destilados y aceites esenciales puros, podemos aprovechar las propiedades de la lavanda para diferentes usos:
– El primero y más obvio de los usos es el de lavanda como ambientador natural, aprovechando el intenso aroma de esta planta.
– La lavanda se emplea para ahuyentar a los mosquitos en el ámbito doméstico. Si tienes ese problema, ya te comentamos que una buena solución es colocar plantas aromáticas como la lavanda en las ventanas para evitar que entre mosquitos.
– La lavanda también es eficaz contra las polillas en los armarios, por lo que es una buena idea introducir pequeños saquitos de flores que además den buen aroma a tu ropa, incluso en los cajones.
– En la misma línea, la lavanda se emplea para luchar contra los piojos. La solución casera más efectiva es preparar una solución con agua y aceite esencial de lavanda y realizar sucesivos enjuagues del cuero cabelludo. También se puede aplicar el aceite directamente en el peine para ir eliminando liendres con el cepillado.
– El aceite esencial de lavanda se emplea a nivel tópico para aliviar dolores musculares y de cabeza. Y es que esta planta tiene propiedades antiinflamatorias, que se aprovechan destilando la flor. Por eso también se emplea en casos de artritis.
– También se aprovechan los efectos sedantes de la lavanda a través de infusiones bebestibles. Ayudan a relajarse en momentos de nervios y a conciliar el sueño en casos de insomnio.
– Por sus propiedades relajantes, el aceite esencial de lavanda se usa frecuentemente para los masajes, tanto musculares como en las sienes, para aliviar dolores y jaquecas.
– La lavanda tiene propiedades digestivas, con lo que ingerir infusiones de esta planta después de las comidas copiosas puede evitar las molestias estomacales.
– Gracias a su poder antiséptico, la lavanda es beneficiosa para las leves afecciones de la piel como picaduras de insectos o quemaduras solares. Basta con aplicar unas gotas de aceite esencial de lavanda en agua y preparar una compresa para colocarla sobre la piel. Además, la lavanda tiene poder regenerador sobre la piel y ayuda a que se cure antes sin infectarse.
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