Llega el verano y toca dejar de lado la ropa y exhibirse con pantalones cortos y camisetas de tirantes. O pasa la Navidad y saltan las alarmas de la báscula por los kilos de más. Sea como fuere, más allá de la estética, mantenerse en forma es una cuestión de salud. Lo ideal es conseguir pequeños cambios perder peso y no volver a recuperarlo.
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Para ayudar a perder los kilos de más y no recuperarlos tras una dieta, entulínea de Weight Watchers, relaciona diez claves para garantizar la pérdida y el mantenimiento del peso perdido.
- No hay que pasar hambre. Es más, las dietas muy restrictivas son poco eficaces porque no motivan a cumplir con lo que establecen. Lo ideal es equilibrar la balanza entre las calorías que se ingieren y las que se queman.
- Evitar el «hambre hedonista». Chucherías, chocolatinas, pastelería industrial… Muchos productos hacen la boca agua con solo pensar en ellos. La culpa es de la dopamina, que genera una sensación de bienestar.
- Paciencia. No se puede perder mucho peso de golpe. Se recomienza no adelgazar más de un kilo por semana para minimizar la pérdida de masa muscular.
- Conoce tu Índice de Masa Corporal saludable. El IMC es un criterio utilizado en el entorno médico y avalado por la Organización Mundial de la Salud en el que entran en juego la relación entre el peso y la altura. Debe mantenerse entre los valores 20 y 25.
- Aperitivos saludables. Cuando se salga a la calle se recomienda llevar a mano alguna pieza de fruta, frutos secos o barritas de cereales. De este modo, si entra hambre a mitad del paseo se evita comprar a la ligera cualquier producto con más calorías.
- Desayuno obligatorio. Está demostrado que las personas que no desayunan son más propensas a tener sobrepeso. Tras la noche, en la que hay aporte de energía, el desayuno debe aportar lo necesario para que el cuerpo funcione a pleno rendimiento.
- Planear las comidas. Si los almuerzos y cenas se planifican con antelación, se pueden crear recetas bien equilibradas.
- Comprar con el estómago lleno. Fundamental para evitar las tentaciones de productos calóricos que apelen al ya mencionado «hambre hedonista».
- Esperar algunos minutos entre plato y plato. Ese tiempo se puede aprovechar para pensar si realmente se tiene más hambre o si ya estamos saciados.
- Beber agua. Hay que ingerir entre un litro y medio y dos litros de líquidos al día. Además del agua, los zumos de frutas y verduras también son buenas elecciones.