El concepto de dieta blanda se refiere a un tipo de dieta pobre en fibra y que no estimule las secreciones gástricas. A tal fin, este tipo de dieta se compone en su totalidad de comidas y preparaciones de fácil digestión. Se trata de alimentos considerados blandos, fáciles de masticar y suaves para el estómago.
La dieta blanda se recomienda en casos de afecciones intestinales y estomacales, para facilitar el proceso digestivo al organismo. En ningún caso de trata de una dieta que podamos seguir a largo plazo, ya que no proporciona las suficientes garantías a nivel nutricional.
La base de cualquier dieta blanda es evitar las comidas copiosas, cargadas de alimentos o preparaciones que puedan resultar indigestas, o que aporten mucha fibra. Debemos evitar el exceso de calorías y, por tanto el azúcar y las grasas en lo posible.
Gastroenteritis, colitis, diarreas o gastritis son algunas de las dolencias que pueden llevar a ala recomendación de seguir una dieta blanda de forma temporal para permitir la recuperación del aparato digestivo.
En general, en toda dieta blanda se recomienda realizar comidas poco abundantes pero frecuentes. Así, resulta más apropiado comer cinco veces al día que tres, aunque en menor cantidad.
Los alimentos idóneos para seguir una dieta blanda son:
– Carnes blancas: pollo, pavo o conejo
– Pescados blancos
– Huevos: cocidos o en tortilla preferiblemente.
– Pan blanco sin corteza y cereales no integrales (pasta)
– Frutas: plátano maduro, manzana (mejor, si es al horno) o pera.
– Lácteos desnatados, especialmente yogur natural y queso fresco o mozzarella.
– Arroz blanco o quinoa.
– Verduras: solo en puré y sin piel ni semillas. Especialmente, zanahoria, patata o calabaza.
– Sopas de pollo desgrasadas y preferiblemente con arroz.
– Compotas naturales
– Agua e infusiones calmantes
Además del tipo de alimentos, la forma de prepararlos también es clave, ya que está determinará la cantidad de grasa o fibra con la que los consumamos finalmente. Las preparaciones al horno (o en papillote), hervidas o al vapor son las preferibles en estos casos.
Además, se recomienda comer y masticar lentamente las comidas, a ser posible, a una temperatura tibia.
La ingesta permanente de líquidos es esencial a la hora de seguir una dieta blanda, especialmente si padecemos algún tipo de pérdida provocada por vómitos o diarreas.
Alimentos prohibidos en una dieta blanda
– Especias, condimentos o salsas.
– Alimentos grasos y fritos
– Legumbres
– Carnes rojas
– Alimentos azucarados
– Vegetales de hoja verde
– Alimentos integrales (pasta, pan) o con fibra (frutas y verduras con piel)
– Alcohol, café y bebidas edulcoradas o con gas.
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