El jengibre es una raíz muy utilizada en la cocina oriental, que cada vez están más presente en la cultura occidental. Se cultiva principalmente en China y podemos encontrarlo en dos presentaciones: al natural (como raíz) o molido. Aparte de su apreciado aroma y sabor, que aporta un toque ligeramente picante a las comidas, el jengibre resulta interesante por sus propiedades para la salud y se ha ganado un sitio en nuestra despensa junto a hierbas y especias que ya son tradición en nuestro recetario de remedios caseros.
El jengibre es conocido por su efectividad a la hora de tratar molestias digestivas debido a su contenido en fenoles. Tanto en episodios de ardor de estómago, como irritaciones digestivas incluso problemas de gases. Y es que el jengibre favorece la secreción de saliva y bilis, además de favorecer la absorción de nutrientes. Asimismo, esta raíz sirve para aliviar las náuseas provocadas por diferentes afecciones. Para cualquiera de las molestias digestivas, basta con añadir jengibre a alguna bebida o masticar un trozo de la propia raíz.
Por otra parte, el jengibre se considera beneficioso para la circulación sanguínea, en el sentido de que ayuda a prevenir las varices, así como la formación de coágulos. También se le atribuyen propiedades para evitar la acumulación de colesterol y lipoproteínas en el hígado.
Con esta raíz oriental además se pueden combatir los síntomas del resfriado, como la congestión (la infusión de jengibre es ideal), la tos o el dolor de cabeza. De hecho, tiene propiedades expectorantes y antibióticas.
Igualmente, han sido reconocidas las propiedades antiinflamatorias del jengibre, lo que se traduce en su poder para aliviar la inflamación de las articulaciones o las encías, por ejemplo. Asimismo, consumido como aderezo de alimentos, el jengibre es eficaz contra los dolores menstruales.
¿Como tomar jengibre?
A pesar de su aspecto poco atractivo, su agradable sabor lo convierte en un ingrediente interesante para preparar postres, repostería, sopas, salsas, arroces y pastas. Además, la raíz de jengibre puede añadirse a bebidas como infusiones, tes, zumos y batidos para beneficiarnos de sus propiedades a nivel interno. Por otra parte, el jengibre también puede aplicarse de forma externa para aliviar inflamaciones. En ese caso, lo ideal es preparar una cataplasma con jengibre y agua y aplicarla directamente en la zona afectada.
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