Ducharse es un acto rutinario que tiene más importancia de la que seguramente le das. De esta rutina de higiene depende en gran medida la buena salud de nuestra piel y la prevención de futuros problemas. ¿Crees que no cometes errores en la ducha? Repasa esta lista y comprueba qué es lo que no estás haciendo por la salud de tu piel y la buena apariencia de tu cabello:
– Demasiado tiempo: en teoría, con diez minutos debería ser suficiente para la higiene total de nuestro cuerpo. Si los sobrepasas, no solo estás desperdiciando agua (y tiempo), sino que estás agrediendo tu piel.
– Ducharnos varias veces al día: supone una agresión a nuestra piel, si bien es cierto que la actividad física o el excesivo calor nos crean la necesidad de hacerlo al menos dos veces al día. Para minimizar los daños, los dermatólogos recomiendan usar geles sin detergentes en la primera ducha, la principal y no usar jabón en la segunda ducha, que debe ser lo más breve posible.
– Agua demasiado caliente: cuanto más caliente está, más agrede el manto lipídico de nuestra piel y nos la reseca. Lo ideal es que el agua esté templada.
– Demasiada espuma: tendemos a pensar que los jabones que hacen mucha espuma son los más eficaces, pero en realidad son los que más nos agreden, ya que contienen más sustancias artificiales que pueden provocar reacciones en la piel, desde picores hasta dermatitis.
– No limpiar las uñas: por la falta de tiempo o, simplemente, de atención, solemos olvidar estas partes del cuerpo de difícil acceso. El cepillo para uñas es ideal para utilizar en la ducha y garantizar una correcta higiene.
– Demasiado champú: en realidad, los expertos afirman que debería bastar con una dosis de champú equivalente al tamaño de una nuez o menos si hablamos de cabello corto. Así evitaremos que el exceso de champú se quede en el cuero cabelludo y deje un acabado apelmazado.
– Poco aclarado: tanto con el cuerpo como con el cabello el aclarado debe garantizar que no quedan restos de producto. En el cuerpo, los restos de gel pueden dar lugar a irritaciones, mientras que con el champú mal aclarado y el acondicionador obtendremos un pelo son brillo y probablemente apelmazado. El truco es escuchar el chirrido del pelo cuando los escurrimos. Entonces estará totalmente limpio.
– Olvidar la espalda y las piernas: la incomodidad de frotar estas zonas, bien porque no llegamos, bien porque nos cuesta agacharnos, hace que descuidemos su higiene.
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