Las alergias e intolerancias alimentarias han experimentando un gran crecimiento en los últimos años. Factores genéticos, ambientales y nutricionales están detrás de este aumento.
Las alergias alimentarias se producen cuando algunos alimentos o componentes de alimentos provocan reacciones adversas, que pueden ir desde una pequeña erupción a una reacción grave. Pero hay que diferenciar entre los alimentos que causan alergias alimentarias y los alimentos que causan intolerancia alimentaria. En la alergia, un componente del alimento (alérgeno) provoca una serie de reacciones en cadena en el sistema inmunológico. La intolerancia afecta al metabolismo, pero no al sistema inmunológico.
Los alérgenos alimenticios más comunes son la leche, los huevos, la soja, el trigo, los crustáceos, las frutas, los cacahuetes y los frutos secos. El tratamiento en las alergias pasa por la eliminación completa de la alimentación del agente causante y en la intolerancia se pueden consumir pequeñas cantidades del alimento, sin que se presenten síntomas. Pero, ¿qué medidas de prevención se tienen que tener en cuenta? Enumeramos las principales medidas que hay que tener en cuenta:
– Certificado médico. En el caso de los niños infórmate del menú que van a consumir en el comedor del colegio y aporta siempre el certificado médico para evitar confusiones.
– Ingredientes. Lee con atención todos los ingredientes de los alimentos que vayas a utilizar en la elaboración de los platos.
– Comer fuera. Pregunta siempre por los ingredientes y métodos culinarios empleados para cocinar los alimentos. Cuando estés fuera explica la alergia o intolerancia que padeces para evitar tomar alimentos que causen problemas. En caso de dudas, apuesta por alimentos simples o lleva alimentos preparados por ti mismo.
– Contaminaciones. Para evitar contaminaciones entre los productos y los utensilios, primero cocina la comida del alérgico. No uses el mismo aceite, ni los mismos recipientes para cocinar y desinfecta la superficie de trabajo.
– Alimentos preparados. Cuidado con los ingredientes «ocultos» en los alimentos preparados o precocinados, las masas, los caldos o sopas o incluso el pan pueden contener determinadas sustancias que pueden afectar a los alérgicos e intolerantes.
– Dietista. Es aconsejable consultar a un profesional cuando se eliminan alimentos de la dieta para cambiarlos o sustituirlos por otros que aporten las mismas propiedades.
– Medicación. Ten siempre a mano la medicación oportuna, sobre todo en alergias muy graves.
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