¿Te has parado a pensar en la cantidad de productos de higiene que acumulamos en casa? Nos resultan imprescindibles para la higiene del cuerpo, de la ropa, de las superficies y objetos, así como de todo aquello que pueda acumular suciedad, bacterias y gérmenes a nuestro alrededor. Sin embargo, es posible que no repares en que muchos de los objetos que manipulas cada día pueden convertirse en un foco de transmisión de bacterias, gérmenes e infecciones si los compartes con cierta frecuencia. Aquí te recordamos algunos de los más habituales:
– Teléfono móvil: por el constante uso y el contacto con las manos y la saliva al hablar, el «smartphone» se convierte en un potencial foco de contagios. Especialmente si tienes gripe, procura evitar que otras personas manipulen tu teléfono móvil, sobre todo para hacer llamadas.
– Auriculares: especialmente los intrauriculares, que se introducen en el canal auditivo y, por tanto, están expuestos al cerumen. Su uso compartido resulta antihigiénico.
– Ratón y teclado del ordenador: si bien resulta imposible contar con un equipo exclusivamente personal en muchos centros de trabajo, sí que conviene desinfectar a diario el teclado y el ratón, ya que se encuentran permanentemente expuestos al contacto de las manos, la comida, los estornudos, etc.
– Bálsamo labial: por un lado, debemos evitar compartir este tipo de cosméticos populares, ya que pueden ser foco de contagio de herpes labiales y calenturas. Además, debemos evitar, especialmente en los formatos en tarro, que los dedos entren en contacto con el producto, ya que quedará contaminado por las bacterias. Más aún, si es el caso de un uso compartido.
– Cortauñas: las uñas de nuestros pies concentran en general gran cantidad de bacterias y gérmenes que con facilidad pueden transmitirse ante el uso compartido de una tijera o un cortauñas. Para evitar contagios de papilomas, hongos o pie de atleta, tendremos que usar instrumentos individuales o, si se trata de un uso familiar, desinfectarlos con alcohol tras cada uso.
– Toalla: aunque puede resultar muy solidario prestar la toalla en el gimnasio a otro compañero que la ha olvidado, esta puede ser la fuente de contagios de hongos y bacterias presentes en la piel. Obviamente, es el mismo caso de las esponjas o las chanclas para la ducha.
– Desodorante: los gimnasios y escuelas deportivas suelen ser lugares en los que frecuentemente se prestan desodorantes. Cuando el envase es un aerosol, no hay problema, pero cuando se trata de productos en barra o roll-on conviene evitar prestarlos, ya que el uso compartido puede dar lugar a irritaciones e incluso infecciones.
– Pendientes: muchas personas sufren pequeños episodios de infección en las orejas como consecuencia de llevar pendientes cuyos materiales les dan alergia. Es por esto que prestar este tipo de accesorios conlleva un riesgo de higiene para nada desdeñable.
– Brochas de maquillaje: brochas, esponjas y pinceles de maquillaje están en permanente contacto con nuestra piel por lo que pueden convertirse en un excelente medio transmisor de bacteria y gérmenes. Su uso compartido puede dar lugar a la aparición de brotes de acné o irritaciones, por ejemplo.
– Cuchillas de afeitado: además del riesgo de contagio de enfermedades que se transmitan por la sangre, una cuchilla usada contiene células muertas y bacterias que se transferirán a aquellas personas que compartan esta herramienta de belleza e higiene. Lo más sensato es que su uso sea unipersonal.
También te puede interesar: